Sri Lanka es un destino de vacaciones favorito para muchas personas. Sin embargo, fuera de los centros turísticos, la infraestructura adecuada es escasa y las escuelas son pocas y distantes entre sí. Mucha gente local no puede acceder ni siquiera a la educación más básica. En un esfuerzo por ayudar a estas personas, Ivoclar Vivadent se ha asociado con una iniciativa privada, que se estableció allí hace más de 30 años.
Un viaje al interior del país insular es toda una calurosa y húmeda aventura. El autobús está totalmente lleno y no hay aire acondicionado. El húmedo aire tropical hace que tu ropa se pegue a tu cuerpo de inmediato. Las estrechas carreteras a veces atraviesan laderas escarpadas. Los baches sacuden continuamente a los pasajeros. Ocho horas para recorrer 180 kilómetros es algo bastante normal aquí. Heinz y Luisa Mühlegg emprenden este arduo viaje al menos una vez al año para promover su proyecto social y echar una mano. Sri Lanka se ha convertido en un segundo hogar para estos dos ciudadanos de Liechtenstein. De hecho, han encontrado su vocación en esta isla del Océano Índico.
Todo empezó en 1990 con un trozo de cartón. En un viaje por la isla, la pareja se encontró con una escuela preescolar en la que se usaba un trozo de material de embalaje pintado de negro como pizarra. La pareja decidió crear una pizarra adecuada para la escuela. Poco tiempo después, también donaron sillas y mesas. Luego ayudaron a reemplazar la destartalada choza de barro, que había servido como escuela, por un edificio pequeño pero estable.
Han pasado muchas cosas desde entonces. La iniciativa privada se ha convertido en una organización sin ánimo de lucro llamada Lanka Help. Hoy, disponen de donaciones para financiar paquetes de almuerzo para los niños de varias instituciones educativas. Para algunos de estos niños, esta es la única comida que harán en todo el día. Se han construido nuevas escuelas y hogares para niños y se han mejorado las instalaciones existentes. Se han recaudado donaciones para financiar becas para profesores y estudiantes con el fin de mantener el sistema educativo en funcionamiento. Además, la organización paga taxis compartidos para transportar a los niños hacia y desde la escuela. También trata de convencer a los padres que se muestran escépticos acerca de enviar a sus hijos a la escuela sobre los beneficios de una educación formal para ellos y sus familias. ¡Crear concienciación es una tarea fundamental! Muchas madres y padres han aceptado el hecho de que ellos y sus hijos vivirán sus vidas como trabajadores baratos y no calificados en las numerosas plantaciones de té y caucho del país. A pesar del mucho trabajo y los muchos éxitos, todavía queda mucho por hacer en Sri Lanka. Por ello, Ivoclar Vivadent continuará apoyando el trabajo de Lanka Help.