Los dientes no solo sirven para poder ingerir alimentos. También tienen otras funciones. Los dientes dan forma a la parte inferior del rostro. Influyen en el habla. Y además, son la carátula de toda persona. ¿Sabía que nuestros dientes incluso pueden dar pistas sobre nuestras dolencias físicas y psíquicas?
Hoy más que nunca, unos dientes bien cuidados resultan de lo más atractivo. Las personas con una sonrisa deslumbrante nos resultan simpáticas y nos resulta agradable comunicarnos con ellas.
Las estrellas de Hollywood pensaron en seguida en el color de blanqueamiento más luminoso para conseguir su sonrisa deslumbrante. Sin embargo, la luminosidad de nuestros dientes no es el factor más determinante. Lo son más bien las proporciones de los incisivos superiores y su simetría.
Para realizar un análisis preciso del rostro se trazan las siguientes líneas de referencia:
Línea bipupilar: transcurre a través del centro de ambas pupilas y sirve de línea de referencia horizontal.
Línea central: en vertical a la línea bipupilar, transcurre a través de la espina nasal anterior. Lo ideal es que transcurra justo a través del punto de contacto de los dientes anteriores centrales.
Plano incisal: es un plano auxiliar paralelo a la línea bipupilar situado a la altura de los bordes incisales de los dientes anteriores centrales. Es útil para definir el plano oclusal y la línea de la sonrisa.
Línea de la sonrisa: la línea paralela arqueada del labio inferior hasta los dientes anteriores superiores. Si al sonreír los dientes siguen la curvatura natural del labio inferior, la sonrisa nos parece especialmente amable.
Para una sonrisa muy estética, además de la simetría de los dientes con la línea central y de la curvatura natural de los dientes con la línea de la sonrisa, también es importante la forma de los dientes. Debe ser adecuada para el tipo y la forma de la cara (cuadrada, triangular, ovalada).
El factor más influyente para que la sonrisa sea estética es la relación de los incisivos superiores en cuanto a longitud y ancho y la relación del ancho visible de los primeros incisivos con los incisivos laterales y los colmillos. Aquí, el principio ideal de proporcionamiento estético (proporción áurea) desempeña un papel fundamental. La proporción áurea define una relación de división muy específica (véase la fórmula de "la proporción áurea") que idealmente se refleja en la superficie dental visible de los dientes anteriores superiores. La relación ideal entre largo y ancho de los incisivos superiores es de 1 a 0,8.